La enseñanza de los brujos es así, tómala o déjala. No puedes razonarla. No es posible "verificarla" intelectualmente. Lo único que cabe hacer con ella es ponerla en práctica, explorando las extraordinarias posibilidades de nuestro ser.
Este blog es parte de mi aprendizaje.

jueves, marzo 27, 2008

El Miedo




Es el primer enemigo con el que tiene que enfrentarse una persona que quiera convertirse en guerrero del conocimiento.

El miedo podemos definirlo como una perturbación del estado de ánimo, en el que se pierde la confianza en los propios recursos para afrontar situaciones concretas, que son percibidas como peligrosas para el sujeto. El miedo tiene una particularidad en el ser humano, que puede ser real o imaginario, presente o proyectado en el futuro, pero siempre ocasiona una disminución del sentido de seguridad.

Todos hemos sentido miedo alguna vez y podemos considerarlo como una emoción normal, ya que gracias a él nos preparamos para enfrentarnos a una amenaza. Como animales que somos, ante la inminencia de una agresión el organismo reacciona y produce un mecanismo de defensa: el miedo, que desencadena unas determinadas reacciones físico químicas para ponernos en situación de defendernos. Observar cómo se le eriza el pelo del lomo a un perro cuando siente el peligro, o cómo un gato se hincha para parecer más grande, estas reacciones las produce el miedo. Si no lo sintiésemos, probablemente hace tiempo que habrían dejado de existir, por lo que podemos afirmar que el miedo razonable y encaminado a subsistir es necesario.

Pero así como el animal, una vez pasado el peligro, se olvida de todo y prosigue con su vida normal, el ser humano tiene la facultad de recordar y anticipar las situaciones por lo tanto es capaz de seguir sintiendo temor por algo que ya sucedió y que probablemente no se va a volver a producir, así tenemos que el miedo lo provoca un objeto imaginario, irracional y desproporcionado que altera la conducta de quien lo sufre y es incapaz de sobreponerse a él, a pesar de reconocer que es absurdo.

El miedo es aprendido. Los niños lo aprenden de los adultos y cada cultura tiene sus propios generadores de miedo. También se aprende con la experiencia, si uno ha sufrido una experiencia traumatizante, estará temeroso de que vuelva a pasar y desencadenará en la persona una serie de síntomas tanto psicológicos como neurovegetativos, como sudoración, taquicardia, temblor, necesidad de orinar, diarreas, pilo erección, que acompañan a la ansiedad y a la angustia y que pueden ser más desagradables que la propia emoción. Por último se puede dar el caso del miedo a tener miedo, que es como una ansiedad que prevé el sufrimiento que puede aparecer.

Existen varias maneras de reducir el miedo, como evitar el contacto con el objeto fóbico, utilizar fármacos, extinción experimental, psicoterapia o relajación, pero el estudio de estos métodos no es el propósito de este artículo. Aquí vamos a tratar el miedo desde el punto de vista del guerrero del conocimiento. Ya sabemos que el miedo existe y cómo se produce, pero ¿qué tiene que hacer el aprendiz a guerrero para tratar de vencerlo? Este miedo se produce cuando el aprendiz se enfrenta por primera vez con el conocimiento que supone vislumbrar que no sólo existe la realidad en la que vive, sino que hay otras muchas a las que se puede penetrar por medio de ese conocimiento.

Cuando empieza a aprender no sabe lo que va a encontrar. Va poco a poco al comienzo, luego más y más. Y sus pensamientos se dan topetazos y se hunden en la nada. Lo que se aprende no es nunca lo que uno creía. Y así comienza a tener miedo.

Castaneda dice que los seres humanos corrientes somos importantes porque tenemos miedo y cuanto más miedo tenemos, más importante nos creemos y más Ego tenemos. Sin embargo, y afortunadamente para los guerreros, la importancia personal tiene un punto débil, y es que depende del reconocimiento para subsistir. Si no le damos importancia a la importancia, ésta se acaba. Sabiendo esto, un aprendiz renueva sus relaciones. Aprende a huir de quienes le consienten y frecuenta a aquellos a los que nada humano les importa. Busca la crítica, no la adulación. Cada cierto tiempo comienza una vida nueva, borra su historia, cambia de nombre, explora nuevas personalidades, anula la sofocante persistencia de su ego y se lleva a sí mismo a situaciones límite, en las cuales lo auténtico se ve forzado a asumir el mando.

Al no tenernos lástima, podemos enfrentar con elegancia el impacto de nuestra extinción personal. La muerte es la fuerza que da al guerrero valor y moderación. Sólo mirando a través de sus ojos nos volvemos conscientes de que no somos importantes. Entonces ella viene a morar a nuestro lado y comienza a transmitirnos sus secretos.

El guerrero convierte su miedo animal a la extinción en una oportunidad de gozo, pues sabe que todo lo que tiene es este momento. Piensen como guerreros, ¡todos vamos a morir!.

Un guerrero es alguien que pasa su vida perfeccionándose a través de ardua disciplina. Cuando llega su hora, enfrenta a su muerte como una nueva etapa en el sendero. A diferencia del hombre común, él no intenta paliar su miedo con falsas esperanzas. El guerrero parte a su viaje definitivo pleno de gozo, y su muerte lo saluda y le permite conservar su individualidad como trofeo. Va al saber como a la guerra: bien despierto, con miedo, con respeto y con absoluta confianza. Ir en cualquier otra forma es un error y quien lo cometa vivirá para lamentar sus pasos.

No debe correr. Debe desafiar a su miedo, y pese a él debe dar el siguiente paso en su aprendizaje. No debe detenerse. Y llega el momento en que el miedo se retira y no vuelve más.

2 comentarios:

reyna dijo...

Este tema es interesante.He sido su esclava por largos años de mi vida.
He vivido como marioneta a su antojo,creo que dejó fuertes marcas en mí.De pequeña aprendí a dejarme chantajear.Ahora no hay tiempo para compasión,solo dar la vuelta y seguir,para enfrentarlo dando la batalla.Una guerrera no se da por vencida.Lucha,eso hago...

EspiritFartlek dijo...

Muy buena información Cemec, gracias.