Bienvenidos a todos los aprendices de brujo. La enseñanza de los brujos es así, tómala o déjala. No puedes razonarla. No es posible "verificarla" intelectualmente. Lo único que cabe hacer con ella es ponerla en práctica, explorando las extraordinarias posibilidades de nuestro ser.
Cuando un hombre común acepta la posibilidad de que puedan existir otras realidades aparte de la que él percibe, puede convertirse en aprendiz. Cuando el aprendiz logra ahorrar energía a base de técnicas específicas que requieren gran esfuerzo, entonces se convierte en un guerrero. Un guerrero es un individuo capaz de llevar a cabo la máxima disciplina y un absoluto control de sí mismo. El guerrero busca, a través de la impecabilidad de todos sus actos, llegar a la totalidad de él mismo.
El control y la disciplina se logra cuando las personas comunes dan el paso para convertirse en aprendices, esto supone un cambio de ideas con respecto a sí mismos y al mundo, es entonces cuando se convierten en guerreros. Este proceso les hace capaces del máximo de disciplina y control sobre sí mismos. Ejercer el control es afinar el espíritu cuando alguien nos pisotea.
Las cosas son reales sólo cuando uno ha aprendido a estar de acuerdo con los demás de que son reales. Todos nuestros prójimos son los brujos malignos. Y como andamos con ellos, también somos brujos malignos. Nuestras ideas y acciones están fijadas para siempre en sus términos. Eso es la esclavitud. La libertad es muy cara, pero el precio no es imposible.
Debido a que desconoce los principios del camino del guerrero, el hombre moderno se ha metido en una trampa endemoniada, compuesta de intereses familiares, religiosos y sociales. Trabaja ocho horas diarias para mantener funcionando su sistema de vida. Luego regresa a casa, donde le espera la esposa de siempre y uno hijos idénticos a otro billón de hijos, que le pedirán las cosas de siempre, obligándole a seguir en la cadena, hasta que sus fuerzas se agotan y se convierte en un objeto inservible que rumia sus memorias en un rincón de la casa. Le dijeron que eso es la felicidad, pero él no se siente feliz, se siente atado. ¡Sean guerreros, detengan eso! ¡Dense cuenta de sus potencialidades y libérense de lo que sea! No se pongan límites. Si pueden violar la fuerza de la gravedad y volar, ¡qué bueno! Y si aún les queda ímpetu para retar a la muerte y comprarse un boleto a la eternidad, ¡eso sí que es tremendo!. ¡Arriésguense! ¡Sálganse de la trampa del auto reflejo y atrévanse a percibir todo lo que es humanamente posible! Un guerrero del conocimiento se esfuerza por ser auténtico y no acepta matices, porque el objeto de su lucha es la libertad total.
Un guerrero del conocimiento no se entrega a la emoción de la guerra sin ton ni son. Primero observa las condiciones, calibra sus posibilidades y establece sus puntos de apoyo, y luego, dependiendo de esta evaluación, se lanza o se retira sin el menor titubeo. No se trata de dar golpes a ciegas, sino de hacer de sus pasos un ejercicio inmaculado de estrategia. El aprendiz que no aprende a tiempo a decidir cómo, cuándo y con quién ha de entrar en batalla, es descontinuado, ya sea porque lo maten o porque lo derroten tantas veces que no pueda volver a levantarse. El desafío final del guerrero es equilibrar todos los atributos de su camino. Una vez que lo consigue, su propósito se torna inflexible. Ya no se mueve por un desesperado interés de ganancia. Es dueño de la voluntad y puede ponerla a su servicio personal. Al llegar a ese punto, el guerrero ha aprendido a ser impecable y todo depende de sus reservas de energía para que siga siéndolo.Don Juan decía que para llegar a ser un guerrero del conocimiento se necesita:
1.- Aprendizaje.
2.- Intención rígida.
3.- Claridad de mente.
4.- Labor esforzada.
5.- Ser un guerrero.
6.- Un proceso incesante.
7.- Tener un aliado.